Evaluar una situación clínica, laboral o de aprendizaje desde el punto de vista del modelo humanista, a través del establecimiento integral de un diagnóstico mediante el análisis de las diferentes terapias y técnicas humanistas, a fin de determinar el uso de la terapia y/o técnicas acordes a la necesidad del cliente utilizando los recursos necesarios para realizarla, de forma responsable y con sentido ético de la profesión.